IRMA
 

martes, 27 de octubre de 2009

Testimonio

Hace casi tres meses decidí hacer un alto total en mi vida, después de cometer tantos errores a lo largo de esta carrera en la que todo mundo tiene su boleto de participación. Empecé a ver cada una de las etapas por la que pasamos los seres humanos, fue cuando recordé mi primer dolor, esos dolores que son inevitables, que pasan en cualquier momento, de todos tamaños y colores y son a partir de estos que se nos va formando el carácter, es ahí donde el corazón empieza a ejercitarse y empieza a endurecer y a tomar forma.

Fueron pocas veces que tuve oportunidad de ir a fiestas pero recuerdo muy bien una fiesta en casa de una compañerita que tenia la casa y la familia perfecta a mi pequeño punto de vista, eran tres hermanos en total, cada uno contaba con su propio cuarto, una casa de cuento de hadas y unos papas ejemplares, la mama cocinando una rica comida para su pequeña festejada y el papa llegando de su trabajo saludando efusivamente a toda su hermosa familia, cuantos pensamientos pasaban por mi cabeza al ver todo este escenario, una familia feliz, yo a mis 10 años en lugar de pensar en juego, en lugar de disfrutar la fiesta me la pasaba anhelando una vida así. En unas cuantas horas me podía dar cuenta de toda la luz que existía en esa casa y me entristecía mucho el ver que llegaba el momento de que venían a recogerme para llevarme a la obscuridad de la mía.

Una niñez deseando la vida de mis compañeritos que contaban con la bendición de una verdadera familia, de un techo seguro, de unos padres que cumplían con su función de proveedores en todos los aspectos, tanto económico como emocional, siempre deseando que estuviera la mano de alguien que me diera la seguridad y la confianza de sentir que no estaba sola.

Mi segundo dolor fue el vivir una infancia y parte de la adolescencia con un padre alcohólico y mujeriego, donde lo único que aprendí fue que la fidelidad entre los matrimonios no existe, que la mujer es la que tiene que sacar adelante su casa y a sus hijos, mientras el hombre se divierte o no le gustan sus responsabilidades o mejor aun, sigue viviendo aquel pasado que lo atormenta y su único escape es refugiarse en el alcohol, en mujeres o en algún otro vicio de los tantos que existen hoy en día, lamentado su triste pasado sin ninguna esperanza para su insignificante y trágica vida.

Los viernes en lugar de ser una bendición para mi, era lo peor que podía pasarme, me preguntaba porque no habían inventado una escuela donde también se dieran clases los sábados y domingos, sabia lo que me esperaba, una madre alterada de los nervios que tenia que lavar, planchar, hacer comida, pensar que iba a hacer con tres hijos, un marido desobligado, mil cuentas por pagar y como le iba a hacer para poder llegar a ese día tan esperado y conocido por todos llamado quincena. Que impotencia el estar ahí justo en esa situación y a esa edad sin poder hacer nada o no saber que hacer, sin ninguna otra opción mas que la de estar ahí, viviendo una vida simplemente por que estamos vivos, haciéndome la misma pregunta de todos los días, porque pasa todo esto ?, yo solo iba absorbiendo como una esponja todo aquello que mis padres nos enseñaban, una vida de fracaso en todos los aspectos, metiendo en mi corazón las primeras semillas de esos sentimientos de resentimiento y rencor a aquellas dos personas que nos habían traído al mundo para causarles solamente problemas económicos.

El segundo dolor, aunque iba acompañado de una gran tranquilidad fue la huida de esa figura a la que tenia que llamar padre, fue ahí cuando empezamos mi mama, mis hermanos y yo una nueva etapa de nuestra vida, sin saber lo que el destino nos tenia preparado, pensé que iba a estar todo mejor, pero de un momento a otro las cosas cambiaron, mis hermanos y yo empezamos a tener consecuencias de ese pasado familiar inestable, estábamos cayendo en depresión con distintas características, mis hermanos con síntomas visibles, en mi caso los síntomas fueron en el interior, pero todos con consecuencias que iban a marcar un futuro.

Para este tiempo yo me había visto obligada a estudiar una carrera que no me gusta en absoluto, pero me prometía un futuro económico estable, lo cual me daba toda tranquilidad, a mis 21 años empecé a trabajar en un despacho en el área de acuerdo a mi carrera y donde he cumplido 11 años de mi vida, el hecho de estar en un trabajo solo por la cuestión económica me traía muchos conflictos emocionales, sentir una vez mas la misma impotencia del porque no puedo estudiar algo que me gusta, algo que me llena, aunque no me de esa seguridad económica, sin dudarlo no quería regresar a ese pasado lleno de escasez financiera, hasta hace 3 meses todo esto había sido un factor importante para mi carácter amargado y conformista.

Los dolores se seguían presentado, mis hermanos y yo estábamos haciéndonos dependientes de esas pastillas antidepresivas, hasta que una tarde estando en mi trabajo recibo la llamada de mi mama angustiada porque uno de mis hermanos se había tomado todo un frasco de una de ellas y lo encontró en estado semi-inconciente a punto de darle un paro respiratorio, los pensamientos y las preguntas de siempre guardadas en mi corazón brotaron en ese momento, acaso yo era quien tenia que tomar la decisión de que hacer ?. acaso yo había provocado tanto dolor en mi hermano para que el llegara a tomar esa decisión ?, acaso era mi responsabilidad lo que pasara con el ?, porque yo ?

Quien puede estar preparado ante una situación así, todos nos preparamos para ocasiones especiales como un cumpleaños, un aniversario, festejos, todo lo lindo de la vida, pero quien se prepara para alguna tragedia, absolutamente nadie y es cuando tienes escasos segundos para tomar decisiones, las decisiones que determinan vida o muerte. Así fue como en poco tiempo logramos salir de ese como lo llamo ahora pequeño dolor.

El siguiente dolor fue con mi otro hermano, cuando mandan una carta de la escuela donde estudiaba diciendo que esta expulsado por ingerir drogas dentro del plantel. Sin saberlo mi hermano ya se encontraba en otro nivel de adicción, comenzaba a sufrir esquizofrenia y muchos otros síntomas desagradables ocasionados por la marihuana.

Empezamos la búsqueda de instituciones para ayudar a esa adicción en la que se veía envuelto, pero todo nos quedada inalcanzable econonómicamente hablando, empezó a tomar ayuda psicológica y poco a poco ha salido adelante, termino una carrera y hoy se encuentra trabajando en lo suyo que es la Ingeniería en audio, aun no se si ha dejado por completo ese vicio pero ahora tengo la seguridad de que su vida esta en manos de alguien mas poderoso que cualquier Institución de Rehabilitación incluso de la mas prestigiada.

Fue en este momento cuando mi mama decide salirse de trabajar para cuidar a sus dos pequeños que están pasando por situaciones horribles, pero acaso se pregunto como me sentía yo ? , creo que no. En este momento empecé a sentir un odio por mi madre, no entendía porque era yo la que tenia que pagar los platos rotos de sus decisiones, al quedarse con toda la responsabilidad de aquella familia rota, seguramente porque siempre fui una persona fuerte, físicamente me veía bien, había terminado una carrera, tenia un trabajo estable, una persona responsable, ante los ojos de todos no tenia nada de que quejarme, ya podía irme de viaje, comprarme la ropa que quería, claro siempre hubo limitantes pero no como las que había tenido en mi infancia, no dependía de mi mama, menos de mi papa, ni de ningún miembro de la familia, ya era todo una mujer autosuficiente poniendo en practica todas las enseñanzas de mi niñez, siempre con un sueño en mi mente, tener una familia completa, un esposo amoroso, respetuoso, trabajador, fiel, aunque yo no practicaba la fidelidad claro estaba, fueron pocos los hombres de mi vida, pero nunca pude ser una mujer 100% fiel, tenia en mi cabeza la idea si ellos pueden yo también, pero aun con estos pensamientos quería lo mejor para mi.

Llego el momento en que realmente me enamoro, de ese que dicen que es amor ciego, del hombre menos indicado, lo digo así no por su fisico o por sus sentimientos, simplemente porque era casado, tenia dos hijos y vivía en provincia, justo lo que yo siempre le criticaba a mi padre, lo fui a hacer en mi propia vida.

Pero aun conciente de ese hecho seguí con la relación, en estos tres meses nació en mi el gran deseo de ser madre, me sentía preparada en todos los aspectos, así que me embarace a los 3 meses de conocerlo, me prometió lo que todo hombre le promete a una mujer cuando esta en la etapa de conquista, que se iba a divorciar, que me amaba, que íbamos a ser esa familia que siempre soñé !, asi que yo vivía feliz creyendo todo.

Esos 9 meses fueron de viajes, visitas románticas, todo marchaba bien ante mis ojos, no veía nada de malo, al parecer había tomado una buena decisión, eso lo pensé hasta el momento que nació mi primera hija, ese día sentí la mas grande soledad de toda mi vida, no se que estaba pasando pero no me sentía completa, estaba sola, con mi hija, viviendo en casa de mi abuelita y esperando a que ese hombre al que tanto amaba, tuviera un tiempo para venir a verme, en fin, pensé que todo era parte del proceso del parto, me pare y seguí adelante, pasando tres meses volví a quedar embarazada, en mi familia nadie lo podía entender, aun no sabían nada del divorcio y yo ya estaba esperando mi segundo bebe, pero nadie se atrevía a decirme algo, siempre he contado con la bendición de tener el apoyo de toda mi familia, lo digo porque jamas se atrevieron a correrme de la casa o a manifestarme su molestia por esta relación, asi mismo jamas le hicieron una groseria al padre de mis hijas cuando iba a visitarnos, aun cuando no estaban de acuerdo en como estabamos llevando las cosas y con muchisima razon, incluso yo sabia que no era lo correcto y que todo se estaba complicando cada vez mas, por lo tanto a pesar de contar con mi familia, no me sentia con la confianza de expresarles mis sentimientos de soledad, finalmente así lo habia decidido yo, nadie me habia obligado a empezar una relacion con un hombre casado, con hijos y que viviera en provincia.

Asi que seguimos adelante con esa relación, ya empezaban los problemas económicos, los reclamos de tiempo y muchas veces paso por mi cabeza, que estoy haciendo de mi vida, que estoy haciendo con este hombre que no me apoya económicamente y no tiene tiempo para venir a verme, pero por alguna razón no puedo dejarlo, lo amo mucho y es el padre de mis hijas y estoy segura que algún día me va a cumplir todas esas promesas de tener una familia completa.

Asi que seguí adelante soportando dolores que nunca pensé que irían incrementado su nivel, conforme pasaba el tiempo, sin darme cuenta me convertí en una mujer amargada, frustrada, empezaron a crecer en mi sentimientos de envidia hacia la otra familia del padre de mis hijas, rencor, resentimiento, coraje, e impotencia, todo se volvio un circulo vicioso.

Un día que salí sola con mis hijas, me di cuenta que aun teniendo a las dos niñas mas sanas y mas hermosas de este mundo, no las estaba disfrutando por estar pensando que su padre no las amaba y que amaba y prefería mas a su otra familia, Ese sentimiento acabo conmigo, así que tome la decisión de levantar una demanda de pensión sin importarme lo que pasara ya con nosotros, yo ya estaba convertida en la peor mujer que podía existir en la tierra.

Asi fue como empezó el proceso de demanda, a pesar del amor que decíamos que nos teníamos el uno por el otro, terminamos destrozándonos emocionalmente, pero no dábamos por terminada la relación, seguíamos necesitándonos y amándonos el uno al otro, la razón nunca la voy a entender.

Para el día de la audiencia, me dejo claro que no era el padre que quería para mis hijas, no me cabía en la cabeza el hecho de que quisiera el menor porcentaje ya que el tenia muchos gastos y yo contaba con un trabajo con el cual podía afrontar todos los gastos de nuestras hijas, no me cabía en la cabeza que un padre tuviera esos pensamientos para con sus hijas, pero así sucedió, entendí que hay muchos hombres así, pero porque a pesar de todo esto no se podía acabar el amor que yo sentía por el ?

Durante este proceso quede embarazada por tercera vez, la noticia me destrozo porque yo ya no quería un hijo mas, debido a todas las malas experiencias con este hombre y de mi vida en general, nuestros problemas ya habían llegado hasta los tribunales, yo ya quería salirme de casa de mi abuelita para irme a vivir con el a pesar de todo, así que la única opción que tenia clara en ese momento era la de abortar ese bebe.

Y así sucedió, el me apoyo en todo momento y yo creía que era la mejor solución, yo pensé que todo iba a estar bien ya que nadie en mi familia se había enterado, ya estaba resuelto lo de la pensión y el padre de mis hijas me juraba que me seguía amando a pesar de todo, fue así cuando empezó el dolor del cual ya no me pude levantar y seguir adelante como en otros tiempos, fue así como ya ni el dinero, ni las visitas seguidas del padre de mis hijas ni todo el amor que me ofrecía pudieron hacerme olvidar lo que había hecho, fue ahí cuando esa mujer que se sentía preparada en todos los aspectos se murió en vida y ni siquiera esas dos pequeñitas pudieron ayudarme, ya no podía llorar mas, mi tristeza ya no podía crecer mas, ya no podía concentrarme en el trabajo, ya no quería vivir, todo había llegado a su limite, no podía quitarme esa culpa que sentía, paso por mi cabeza ese pensamiento de que nunca iba a poder salir de ese lugar obscuro donde me encontraba, sabia que ningún doctor, ningún psicólogo y ninguna Institución ni siquiera la mas cara podía ayudarme, así que no podía ni quería seguir viviendo así y decidí finalmente quitarme la vida, dos veces lo intente sin ningún resultado favorable para mi. Pasaron dos semanas y llego lo peor, estaba conciente que no iba a tener el valor suficiente para hacerlo y no me quedaba de otra mas que vivir así

Es en este instante cuando recuerdo a “alguien” que en el sexto mes de mi primer embarazo me presentan y yo me di el lujo de darle la espalda y decirle que no lo necesitaba porque yo podía conseguir por mis propios medios todo lo que me proponía.

Ese “alguien” es Dios, a quien nunca tuve presente, a quien nunca tome en cuenta, a quien alguna vez le dije que no lo necesitaba, a quien con todas mis acciones lastime durante 32 años y a quien no tenia ni el menor temor. Pero ahora era el único con el que yo deseaba hablar para pedirle perdón por todo lo que había hecho.

Asi fue como decido irme a un encuentro con Dios y en un fin de semana me da la paz que yo tanto necesitaba y buscaba y que ni con todo el dinero del mundo iba a poder comprar, y es en dos días que cambia en un 200% todos los aspectos de mi vida, desde mi carácter, mis sueños y mi relación con mi familia, con mis amigos y con todas las personas con las que me tropiezo día a día.

Hoy soy una mujer infinitamente por ciento agradecida con él por lo que me ha dado: una nueva oportunidad de vida, una paz que nunca voy a poder pagarle, mas que con mis acciones diarias. Ahora se que con ese simple hecho lo hago feliz, lo hago feliz disfrutando y amando a esas dos princesitas que sin merecérmelo puso en mis manos para que con su ayuda yo las enseñe a amarlo y a depender de él día a día, lo hago feliz echándole ganas al trabajo, lo hago feliz perdonando a los que me lastimaron o me siguen lastimando, lo hago feliz queriendo vivir y sobretodo lo hice feliz terminando esa relación con el padre de mis hijas que no era buena ante sus ojos, por haberlo hecho en nuestra voluntad desde el principio, por no llevar un orden, por no hacer las cosas como a el le gustan.

Hoy le doy gracias por ese dolor que me mato en vida, porque fue ese dolor el que me abrió los ojos, para entender y aprender que no importan todos los hechos que hayamos pasado en nuestra niñez, no importan todas aquellas personas que nos hayan lastimado dejándonos cicatrices grandes en el cuerpo y alma, no importan todos esos dolores chiquitos, grandes y de todos colores por los que tenemos que atravesar en este camino que se llama vida, importa aquel que te abre los ojos para cambiarte, para decir: hoy, ya no quiero esto que me hace daño, hoy decido enviar al fondo del mar todos esos sentimientos de amargura, envidia, rencor y resentimiento que no me dejan vivir y disfrutar lo que mas amo.

No importa la educación que nos hayan dado nuestros padres, si fue buena que bendición, pero si no, solo sacare aquello que me sirva y si no hay nada que me sirva entonces lo tomare como una simple experiencia que tuve que pasar para decidir que no quiero nada de eso en mi presente ni en mi futuro y menos para mis hijas.

Ahora comprendo cuanto podemos lastimar a nuestros hijos sin darnos cuenta, cuanto podemos lastimar su corazón y cuanto podemos pisotear su autoestima, Tenemos la maravillosa oportunidad como padre y madre de escoger y sembrar las mejores semillas en su vida para que el día de mañana sean personas espirituales, seguras de si mismas, que sean unas personas de éxito en todos los aspectos de su vida.

Aprendí que no quiero volver a vivir lejos de la mano de Dios, ha puesto grandes sueños en mi vida, me ha enseñado a no conformarme con lo que me pueda dar el ser humano, el me da todo, no me condiciona, no me deja esperando, me escucha cuando lo necesito, me da el mejor consuelo, me ayuda a crecer como ser humano, me cuida, es el único que me conoce realmente y lo mas importante nos ama a todos por igual.

Me ha enseñado que su mayor bendición es la familia y se que algún día el me la dará, me ha enseñado a controlar mi carácter, a ver todo lo bueno de las cosas aun cuando el panorama esté completamente negro, me ha abierto puertas para que hoy tu puedas leer esto y pueda tocar tu corazón, así que te digo es una lucha muy fuerte, tienes que ir en contra de todo a lo que has estado acostumbrado durante toda tu vida, pero vale la pena el estilo de vida que Dios te ofrece, es inimaginable y en sus manos están todos tus sueños, incluso el menos alcanzable se puede realizar, porque nunca olvides que él un día abrió el mar.

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